La FIV condenada al fracaso

 

En julio tuvimos nuestra primera consulta en el IVI de Aravaca, Madrid. Yo no iba con ninguna idea preconcebida. Es más, creía que iba a estar todo bien. Yo era (relativamente) joven, 34 años, y por lo que había buscado, normalmente todas las pruebas solían dar bien, y te decían que era por causas desconocidas.

Estábamos muy ansiosos cuando aparcamos. Recuerdo que mi novio me dijo: - No se para que quieres hacer esto, estamos perfectos, tenemos que intentarlo más- Casi que eso reforzaba mi idea de que estaba exagerando: después de todo fueron un año y poco de intentos, pero varias veces tampoco estuvimos dándolo todo lo que podíamos dar.

Cuando entramos a la consulta, después de una media hora de espera interminable, la doctora cogió una hoja a4 y empezó a hacer una serie de dibujos que explicaban todo el proceso. Recuerdo que pensé que ya los dibujos le salían solos, era una mera repetición de algo que había hecho 800 veces a lo largo de su vida. Me dijo que lo primero que sería es una exploración vaginal, luego que medirían la AMH (antimuleriana) y dependiendo de ello, nos plantearíamos el procedimiento. 

La primera en la frente: Comenzó a contar los folículos, y me comento que haber había, pero pocos para mi edad. Unos 8. Ese mismo día me hicieron la extracción de sangre y desde esa tarde comenzó ya mi pesadilla. Reserva ovárica: 0,61 CON 34 años!! Había leído de mujeres con 45 con esa reserva ovárica. Mi mundo se partió en mil pedazos. De repente tenia la explicación que había estado buscando: tu eres el problema. Ahí lo tienes. 

Ya era agosto y teníamos todas las pruebas que nos habían enviado. Lo demás estaba todo OK. Para mas inri, estábamos en el medio de una pandemia, pero decidímos tomar eso como una oportunidad, ya que estábamos en casa todo el dia, mi pareja tambien, y podíamos tomarnos el tratamiento de forma mas relajada. Nos recomendaron ir a la FIV directamente. Empezamos con la medicación. Yo estaba ilusionada porque siempre pensé en la FIV como el ultimo recurso: cualquier cosa, siempre podía ir a la FIV, eso no falla!

Estaba a punto de vivir mi segundo palo más gordo. En el primer recuento de folículos que estaban creciendo.. ¡Solo había 3! los otros 5 como si nada, ni siquiera se habían inmutado. Yo estaba flipando. Intentaba tomarme el procedimiento tranquila, pero es que cada paso surgía un problema. Con esos tres nos dijeron que tirábamos para adelante, porque al ser joven creían que podían proveer que tendrían buena calidad.

MEEEEEEC. Dia de la extracción. Cagadisimos. Incluso en mi mania con pensar que ya siempre nos iba a pasar lo peor, pensé que iba a ovular antes y que iba a perder a los 3 amiguitos, pero no. Eso si que salió bien. Sacaron los tres. Al dia siguiente me llamaron para decirme que de los 3 solo uno había sobrevivido: 1 era inmaduro, el otro había fecundado mal, y el otro OK. Seguía el martirio.. a los 3 dias nos llamaron para decirnos que seguía dividiéndoselos aunque mas lento de lo normal, pero que estaba bien y que nos programaban la transferencia para el domingo, que empezase con la progesterona.

El mismo día de la transferencia había que esperar la llamada del laboratorio, por lo que el martirio era en mi caso hasta el ultimisimo momento, la fortaleza psicológica que tienes que tener es mortal. Finalmente 10:02 nos llamaron para decirnos que no se había seguido dividiendo. Que no se podía hacer nada. Recuerdo exactamente esa hora porque me quedé en tal shock que lo único que pude hacer es mirar la hora que salía en el telediario fijamente, incluso mi novio lloró antes. A mi no me salían ni las lágrimas... Eramos el claro ejemplo de que si algo puede salir mal, saldrá mal. 


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