Failed


Así es como podría describir mis inicios con la maternidad.

Desde que tenia 25-26 años, tuve claro que quería ser mami. Desde chiquitita tuve instinto maternal, quizás por ser la mayor de dos hermanas. ¿Y que me lo impedía? Ya que tengo pareja desde que tengo 21 años, una pareja a la que amo y sinceramente, la que mejor no podía haber. Pues algo muy sencillo que le pasa a muchísima gente. Falta de empleo fijo. Vivia con mis padres, y ni me lo planteaba. Después de todo... ¡Era jovencísima! Eso era lo que me decía todo el mundo. Las que tenían problemas con tener hijos tenían 40-45 años. Lo de tener hijos a los 20 años era cosa del pasado, hasta los 40 tenías tiempo para empezar a planteártelo. 

Craso error.

Cuando cumplí los 31, teníamos una casa muy chula, y yo acababa de aprobar mi oposición. Mi novio tenía un trabajo estable y por fin nos decidimos: ¡Vamos a ser papis! Los nervios me comían. Mi hermana se había quedado a la primera en las dos ocasiones, yo no tenía dudas que me iba a pasar lo mismo. 

Primer mes: fail. No os miento que me dio un poco de cosa, porque yo me creía super fertil y lo habíamos hecho muchiiiiisimas veces, pero según Don Google, era habitual que pasase.

Segundo mes: fail. Empecé a informarme más en google y decía que era lo normal, hasta 6 meses incluso un año.

Cuando empezamos, yo soñaba con el momento de contarlo. En mi mente era un gran secreto de mi novio. mío y me imaginaba como podría contar la enhorabuena a todo el mundo y hasta me emocionaba. Pero los meses fueron pasando, tres, cuatro, seis, diez... 1 año. Y nada pasaba. Ni siquiera un misero retraso. Mi regla llegaba puntualisima el dia 28 de cada mes. Decidi empezar a contar a mi entorno lo que ocurría y todos recurrían a la misma frase:

¡Tu lo que tienes que hacer es relajarte!

¿Os suena verdad? Yo en ese año estuve relajada. Relajadisima. Nerviosa. Estrésada. Pasé por todos los estados, pero aún así, ella seguía viniendo puntual. Al principio no dolía, luego empezó a dolerme. Empezaron los lloros a escondidas, que luego fueron no tan a escondidas. Mi pareja intentaba tranquilizarme. Decía que el mes que viene lo haríamos más y mejor. Llegamos al año y medio y nada de. nada.

Recuerdo esa última regla que me bajo. Dije: 'Esta vez no me voy a deprimir, esta vez voy a actuar'. Así que salí del baño y le dije a mi pareja que se había acabado, que teníamos que ir a hacernos pruebas por si acaso. Quizás siempre pensé que la reproducción asistida era la solución definitiva y rápida. Pero nada más lejos de la realidad.

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